Elecciones nacionales y subnacionales: ¿son comparables?

A un poco más de un mes de las elecciones subnacionales del 7 de marzo ya se está empezando a especular sobre sus resultados. Una primera tentación es tomar como referencia las recientes elecciones presidenciales e intentar proyectarlas en los múltiples escenarios de política autonómica que están en disputa.
Un repaso de los dos ciclos más recientes de elecciones nacionales seguidas a pocos meses por comicios autonómicos municipales y departamentales (2009-2010 y 2014-2015) nos aporta datos interesantes que ilustran las cuestiones que deberían guiar nuestro análisis:
- Las elecciones nacionales y subnacionales tienen diferencias sustantivas en el número y calidad de actores/fuerzas políticas que participan en ellas. En 2014 participaron 5 partidos o coaliciones en las presidenciales, mientras que unos meses después se inscribieron, en todo el país, 24 para gobernaciones y 151 para cargos municipales.
- Desde una perspectiva más cualitativa, el MAS-IPSP es la única fuerza que suele participar con su propia sigla y sin alianzas en todos esos eventos. Las oposiciones tradicionales (que incluye a partidos de centroderecha de nueva y vieja data, como Demócratas-Verdes, Unidad Nacional, MNR, ADN o sus versiones regionales) tienden a recomponerse a geometría variable en cada departamento y municipio. En 2015 conformaron 7 diferentes listas para gobernadores y 10 para alcaldías.
Además de esas fuerzas aparecen en las elecciones locales decenas de partidos y movimientos que suelen presentarse solo en ese tipo de comicios (16 para gobernaciones y 140 en los municipios en 2015), algunos de ellos de izquierda popular (como el Movimiento por la Soberanía, Alianza Social Patriótica o el Movimiento Originario Popular de Potosí) y muchos otros sin alineamientos políticos bien definidos (como SOL.BO o el FPV).
- La cantidad de votos nulos y blancos aumenta bastante en las subnacionales: en las presidenciales de 2014 fueron el 6% del total de preferencias emitidas, aumentando a 12% en el caso de las gobernaciones y 9% en las municipales del año siguiente. El comportamiento fue similar en el ciclo electoral 2009-2010.
- La votación en los comicios presidenciales es bastante diferente a lo que suele suceder en los procesos subnacionales. Las causas son múltiples: la mayor fragmentación y diversificación de la oferta electoral, una mayor complejidad en los factores que determinan el comportamiento de los electores y el debilitamiento de los partidos con estructuras nacionales. Ese el dato desde fines del siglo pasado.
- El MAS-IPSP nunca ha tenido un resultado satisfactorio en los comicios subnacionales, en los dos últimos ciclos ha perdido siempre entre un 50% y un tercio de su votación presidencial (obtenida apenas unos meses antes). Lo interesante es que esos retrocesos coyunturales no parecen afectarle mucho en las próximas citas electorales nacionales en las que recupera buena parte de esos votos.
- Las oposiciones “tradicionales” tienden a mantener mejor sus adhesiones, aunque su votación termina dividida en muchas fuerzas. Entre 2009 y 2015 mantuvieron un electorado bastante estable de alrededor del 30% (considerando blancos y nulos).
- La caída de preferencias por el MAS-IPSP en las subnacionales se debe mayormente a la notable dinámica de decenas de candidatos de fuerzas/candidatos alternativos y/o localistas. En las municipales de 2010 fueron, agregados, la primera fuerza municipal del país (37%) y en el 2015 acumularon casi un cuarto de las preferencias. No parece aventurado inferir que una mayoría de estos electores apoyan usualmente al MAS en las nacionales, pero eligen a otros candidatos en otras contiendas según razonamientos locales o relacionados con la personalidad de esos líderes.
En vísperas de la jornada del 7 de marzo, algunas cosas no parecen cambiar: multiplicación de la oferta política a escala local y marcada fragmentación de las candidaturas de oposición tradicionales. Sin embargo, habrá que ver el impacto de algunos cambios relevantes en la correlación de fuerzas entre el masismo y sus contradictores: hoy, por ejemplo, las oposiciones parten de un 41%, su mejor nivel desde hace mucho y se ha observado una mayor complejidad interna en el partido azul desde la nominación de sus candidatos.
Por: Armando Ortuño